martes, septiembre 25, 2007

Paranoid Android

Definitivo... no es el mundo el que está mal... soy yo...


Pero como tampoco quiero cambiar, tendré que ser consecuente y morir en la mia.

Por qué mierda, cuando todo parece bien, una llamada de ella, en un segundo te lleva a las nubes, y en al segundo siguiente azota tu cabeza en el suelo...


Puta vida.

miércoles, septiembre 19, 2007

Yo tomo

Buen 18... Después de tomar y comer como animalito, ya sin carne que poner a la parrilla, y sólo con alcohol para compartir, empezamos los pocos comensales a recordar aquellos boliches a los cuales siempre visitábamos y recomendábamos...

El primero y que más extraño es "
El Bar-o-metro", sucucho que se llenaba siempre, pero en esa época, era uno de los pocos boliches de acá donde se podía encontrar shop Kuntsmann, y valía la pena inclusive tomar de pie... Ubicado a la salida del metro Escuela Militar, siempre tocaban buena música, e iba de todo. Lo mejor que tenía era que, como por ley, todos los locales que vendían copete, debían cerrar a las 5 de la mañana, y el Bar-o-Metro cerraba, pero nos quedábamos adentro y abrían a las 5:10 de la mañana. En ese lugar también, para un cumpleaños, justo llegó un tipo con un violín y se puso a tocar... entre copete y copete, terminé cantando "un viejo blues" con el violinista. Siempre me iba cuando amanecía, e historias ocurridas ahí, da para un blog entero...
Lo cerraron al no renovarle la patente de expendio de alcohol...

El segundo boliche es "
El Salmón Alegre", estaba en Apoquindo, entre Padre Errázuriz y Leonardo Da Vinci, también lugar pequeño, pero era muy bueno como para empezar o terminar algún carrete, sucucho para sus pitcher y vodka tónica.
Cerró cuando cambiaron el horario de cierre de los locales nocturnos... Ese es el problema de tener alcaldes cartuchos...

El tercer boliche es la
House of Rock & Blues, ubicado en Ñuñoa, fue donde iba para siempre escuchar alguna buena tocata, y como el nombre lo decía, siempre con rock y blues. Fue ahí donde dos buenos amigos se conocieron y ahora ya están casados. Cerró cuando vendieron el terreno para hacer un edificio... Ñuñoa esta cagando de a poco... Aunque tuve noticias de que pronto lo van a reinagurar, pero no recuerdo donde... estaba medio loco cuando me dijeron.... jejejeje



Ahora, boliches a los cuales voy siempre y recomiendo:


Barado:
no porque sea de un amigo le hago publicidad, tiene una muy buena carta de cervezas, tanto importadas como nacionales, el lugar es tranquilo, buena música, tiene juegos como cacho y dominó, muy buenas chorrillanas y precios más que razonables, o sea, es notablemente más barato que el Eurohappy, y la variedad de cervezas, aunque menor, espera llegar a ser similar en un tiempo. Ubicado en Monseñor Edwards con Echeñique.

HBH:
no se bien que decir de acá... Soy cliente desde 1996... excelente cerveza, y ojo con los tragos, son todos hechos a base de cerveza y también con las pizzas, muy buenas. Irarrázaval con Chile-España.

Baires
: En plena Plaza Brasil, fue el lugar al que más fui cuando vivía por esos lares.

El Tejazo:
de todas las sucursales -Apoquindo, Vitacura, el extinto de Manquehue y A. Vespucio-, es éste último el que prefiero, siempre un buen ambiente, la atención es super agradable, lugar como para hacer una previa, o bien para quedarse hasta el cierre, también puedes pedir los cacho o jugarte unas patitas de dominó.

Beer House:
Cuando voy a Conce, siempre me hago un tiempo para pasar a tomar una Kuntsmann Bock, junto con esas exquisitos sandwich en pan pita... He recorrido otros boliches del barrio estación, pero al final, por onda, me quedo con el Beer House...

En Valpo, los locales insignia para mi son el
Club Social J. Cruz, por sus ricas chorrillanas, el ambiente bien porteño y relajado. El otro es el Cinzano, aunque más para ir a comer un rico pescado con un buen vinito. Finalmente para carretear, esta la Huevo, ahí en la calle Blanco, atrás del Lider... Aunque no si si aun tienen la Kuntsmann a 500 pesos...

Papagallo
: Está frente a la Playa Brava, en Iquique, muy agradable para tomarse algo en la terraza, aunque reconozco que es el único boliche por el que he pasado por allá...




PS 21/09/07: No piensen que soy un borracho... o por lo menos, no aún... es más, hoy recomencé mis andanzas cleteras, preparándome para este año por fin, hacer un Nike 10k decente...

jueves, septiembre 13, 2007

A waltz for a night

Y llegué de mi periplo por el norte...

Todo esto empezó cuando por trabajo, tuve que viajar al norte, y como buenos chilenos, nos confiamos con los pasajes del avión, y por gil, me quedé finalmente sin poder volar... Como la pega había que hacerla, tuve que pegarme el paseíto en bus hasta Iquique y después a Arica. Por suerte no tengo poto, así que sólo me tuve que comprar un lápiz (punta fina, jejeje).
Todo comenzó bien, llegando a Iquique, me topé con la llegada del Patagonia - Atacama, y alcancé a tomar algunas fotos, sobre todo al par de motos que aún quedaban, y a un escarabajo ultramodificado para correr en rally. En Iquique lo hice todo rápido, para después partir a Arica...
Terminado todo el trabajo, y teniendo un viaje de como 28 horas a Santiago, decidí hacer escalas y viajar más pausado hasta mi casa.
El viaje lo tomé más como una "búsqueda de mi paz interior", ya que desde mi pequeño viaje a El Morado que no me quedaba un tiempo conmigo.
Descansé poco, mas me dediqué a buscar lugares para estar tranquilo y solo, con el único problema de que lo de viajar con escalas de vuelta se me ocurrió cuando ya estaba en el norte, no andaba con lucas como pa irme a Putre o San Pedro, así que sólo tendrían que ser escalas en lugares conocidos...
En Arica fue relajo... el típico paseo por el Morro y darme el gusto -a pesar de que los dias me tocaron nublados- de estar a guata pelá en La Lisera, en Iquique fue de cervezas a la orilla del mar, pero fue en Antofagasta donde por fin me relajé, pero no en la ciudad, sino que cuando me fuí a la Portada.
Amigo perro antofagastino que no quizo mostrar la cara pa´la foto

Había estado en ese mismo lugar hace un par de años, y desgraciadamente estaba igual, aun no se podía bajar a la playa por peligro de deslizamientos y estaba aun el mismo amigo perro que hace dos años me acompañó por todo el camino. Y como tampoco había cambiado y sigo siendo el porfiado de siempre, bajé a sacar fotos desde abajo y, por fin estar tranqui...
Extrañé eso si demasiado mi
bitácora de viaje, aunque ahora se llama Guía del viajero Interchiléctico -Al llegar a Santiago, fue lo primero que encontré, estaba en el porta maletas de una amiga (qué cresta hacía ahí?), me la fue a dejar a la casa y estaba sobre la mesa del comedor- porque lo único que pude escribir, fue un poco en la arena, no en la playa, sino que arriba, aunque eran voladas del momento y el viento que había, las borraba casi altiro...
De vuelta, lo único tortuoso fueron los 10 minutos antes de llegar a La Serena, debido a que tengo una buena digestión... el resto fue una buena lectura: La Torre de la Soledad, de Valerio
Massimo Manfredi, me lo leí entre el ida y vuelta, y me dejó listo para empezar a leer La Última Legión, del mismo autor, antes de que la den en el cine acá.
Me dió lata volver, aunque la razón principal, fue el aniversario de bodas de mis viejos, y bue, al final, los únicos que me extrañaron fueron ellos y algunos proveedores a los que les debía plata...
Fue agradable salir antes de toda la vorágine del 18... no había mucha gente, precios razonables... Ahora, obligado a pasar el 18 acá, a pura chichita y empaná...

Asi es la vida del artista...


PS: Anoche tuve un sueño increíble... me lanzaba en paracaídas sobre una costa con acantilados, pero al abrir el paracaídas, tomaba corrientes ascendentes y no podía bajar... me llevaban hacia la ladera y rozaba las rocas con los pies, luego me elevaba y volvía a caer rápidamente, el paracaídas se volvía a abrir y de nuevo contra las rocas...
Esto se repitió 2 veces más, lo incómodo era la sensación de que me azotaría contra las rocas... me desperté enojado porque se me había acabado el sueño...