Aunque después aprendí a dominar un poco las turbulencias y controlar el balanceo posterior, llegó una sacudión más o menos fuerte, sentí que me movía para todas partes y al mirar la vela, esta hizo como movimiento como de una onda marina, y en ese momento el instructor tomó los comandos y arregló el asunto -todo esto sucedió en no más de 5 segundos- Lo que no me dí cuenta es que también bajamos bastante... y obvio, había que recuperar altura para seguir paseando... Lo que por fortuna y confianza del "profe" tuve que hacer yo.
Hoy será un poco más "fome", tendré que estar prácticamente todo el día "inflando" la vela y ensayando el despegue... en una cancha de fútbol... Si me sale todo bien, espero volar un poco...
Al infinito y más allá!!!!!!!!!!!!!!!!